Bruselas concede dos meses de plazo al Gobierno para que rectifique
La Comisión Europea exigió ayer a
España la aplicación del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a la Iglesia
católica. En un dictamen motivado, el Ejecutivo comunitario amenaza a España
con recurrir al Tribunal de Justicia de Luxemburgo si en el plazo de dos meses
el Gobierno español no pone fin a la exención de la que se beneficia la
institución religiosa. La de ayer es la segunda llamada de atención a España
sobre este tema.
Bruselas asegura, sin embargo,
que si España desea seguir beneficiando a la Iglesia católica, podrá hacerlo,
pero entonces el Estado deberá rembolsar a la institución religiosa el dinero
que ésta pague en concepto de gastos fiscales. La vicepresidenta primera, María
Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que su Gobierno leerá la resolución
europea con detenimiento para tomar "una decisión pertinente", y
recordó que está pendiente la negociación del nuevo sistema de financiación de
la Iglesia.
La Comisión Europea establece que
para que España cumpla con el derecho comunitario, debe adaptar "ciertos
compromisos fiscales que contrajo", en referencia al Acuerdo sobre Asuntos
Económicos entre el Estado español y la Santa Sede que exime del IVA a las
adquisiciones a título gratuito u oneroso de objetos, bienes o derechos
destinados al culto.
El acuerdo incumple, según la
Comisión, la llamada sexta directiva del IVA, que no permite esas excepciones a
la regla general. La idea es que en Europa todos los países funcionen con el
mismo IVA para fomentar la circulación de bienes y servicios en las fronteras
de la Unión.
La de ayer es la segunda y última
llamada de atención a España para que ponga fin a las prerrogativas fiscales de
la Iglesia católica. Si en el plazo de dos meses el Gobierno español no ha dado
una respuesta satisfactoria, la Comisión elevará el asunto al Tribunal de Justicia
de Luxemburgo.
La Corte europea podría tardar al
menos un año en dictar una sentencia que, de ser condenatoria, obligaría a
España a adecuar sus normas a las leyes de la Unión Europea.
Si España no acata la sentencia,
Bruselas podría abrir un nuevo expediente por incumplimiento de sentencia, que
podría desembocar en sanciones económicas.
En su defensa, España argumenta
que el acuerdo de 1979 firmado con la Santa Sede es internacional y anterior a
la entrada en la UE, en 1986, y por lo tanto no estaría sujeto a la directiva
77/388/CEE.
La Comisión señala que el acuerdo
con la institución religiosa contiene cláusulas que permitirán a España
solicitar un ajuste de sus obligaciones para adaptarlas al derecho comunitario.
En primer lugar, el acuerdo
establece que España no puede ni desconocer ni prolongar indefinidamente
obligaciones jurídicas contraídas en el pasado con la Iglesia.
En segundo lugar, prevé que
dichas obligaciones se ajustarán en caso de que se modifique sustancialmente el
ordenamiento jurídico español, cosa que sucedió con la entrada de España en la
UE en 1986.Bruselas recuerda que la
legislación europea establece que España está obligada a "recurrir a todos
los medios apropiados para eliminar las incompatibilidades que se hayan
observado", y que, por lo tanto, las excepciones no son válidas.
El Ejecutivo comunitario insiste
en que cumplir la legislación comunitaria no significa que España no pueda
seguir privilegiando a la Iglesia si así lo decide. "España puede
devolverle a la Iglesia católica el dinero que ésta tenga que pagar en concepto
de IVA", aseguró ayer la portavoz europea de Fiscalidad, Maria
Assimakopoulau. "Es muy raro que España no haya cumplido tras el primer
aviso. A Portugal le pasó lo mismo y, sin embargo, modificaron su ley a la
primera", añadió Assimakopoulau.
El Gobierno socialista ha
defendido durante el proceso abierto en la Unión Europea la exención fiscal a
la Iglesia y ha confiado en que la queja planteada por el eurodiputado radical
Mauricio Turco, motivo del actual requerimiento, acabase siendo archivada.
La vicepresidenta De
la Vega recordó ayer que la prórroga del sistema de financiación actual para la
Iglesia católica en España, reflejada en los Presupuestos Generales del Estado
para 2006, cuenta con el compromiso de la Conferencia Episcopal y del Gobierno
de "renegociar el sistema de financiación el próximo año".